Los psicólogos llevan mucho tiempo revelando que las redes sociales pueden afectar a la salud mental de una persona, es decir, a su psique, de un modo u otro. Casi cualquier red social influye en el comportamiento de una persona. Sin embargo, entre muchas otras, los investigadores han destacado la red social Instagram. El impacto negativo en la psique se expresa en la aparición de pensamientos suicidas, la formación de complejos de inferioridad, etc.
Por supuesto, la aparición de la red permitió a la gente compartir fotos, guardar momentos brillantes y mantener correspondencia con los amigos, pero con el tiempo, muchos empezaron a competir entre sí, distorsionando la imagen de la vida real. La evaluación de las publicaciones se realiza a través de los «me gusta«. Se cree que cuantos más «me gusta» publique un usuario, más significativo será para la sociedad. Muchos rechazan esta versión, pero los propios representantes de la plataforma la reconocen.
Hoy en día, separarse de la pantalla del smartphone es muy difícil. Esto se aplica no sólo a los jóvenes, sino también a una parte de la población adulta. Estar sentado en las redes sociales mientras estás en el tráfico, en el metro o en la escuela se ha convertido en la norma.
La permanencia en las redes sociales puede ralentizar el desarrollo de las áreas mentales que realizan la función de autocontrol. Por esta razón, algunas personas, después de entrar en una red social durante 2-3 minutos, pueden acabar pasando un día entero en ella. Pero, ¿cómo afrontarlo?
Actualmente, los teléfonos modernos tienen una función de «tiempo de pantalla». Hace un seguimiento de la actividad de la aplicación durante un periodo de tiempo. Puedes limitar el límite de tiempo permitido, y cuando se agote, algunas aplicaciones no estarán disponibles hasta el día siguiente. En muchos sentidos, esto puede ayudarte a coordinar tu energía y a concentrarte en algo.
Según múltiples encuestas y estudios, más de la mitad de los usuarios están preocupados por su inferioridad corporal o por algún otro defecto de su apariencia. Al navegar por las redes sociales, una persona desarrolla falsos estándares de belleza, lo que puede afectar negativamente a su autoestima.
Esto equivale a ir al banco y ver las cuentas de otras personas. Al comparar el número de dígitos de su balanza con el tuyo, sentirás momentáneamente una extraña sensación de insatisfacción contigo mismo. Las redes sociales funcionan de la misma manera.